Por Ariel Vilchis
Sin duda alguna ser nominado candidato de un partido político es obtener, al menos, boleto para participar en el proceso electoral. De ahí a que dicha participación se convierta en triunfo electoral depende de muchos factores.
En el partido revolucionario institucional Pepe Hevia prácticamente tiene el boleto para competir por la alcaldía paceña, sin embargo habría que analizar ahora en el periodo de intercampaña, que precisamente sirve para reflexionar sobre la estrategias, el rumbo y con quién se cuenta para tal empresa, qué es lo que sigue.
Seguramente el precandidato ya tiene alguna idea de dónde está parado con el priismo de La Paz. Por supuesto que es la estructura lo que más debe preocuparle a quién aspira alcanzar la alcaldía de la capital del estado. Y es que si bien hay participación y ánimo, no deja de llamar la atención lo flaco de la caballada en las candidaturas a las diputaciones locales; que es en teoría dónde debe asentar su candidatura el aspirante priista. Precandidatos sin trabajo de tierra, cuestionados cómo ex funcionarios públicos, incluso algunos tratando de obtener algunas simpatías en estructuras seccionales totalmente obsoletas que en su momento no supieron o no quisieron renovar, otros de rostro bonito o sonrisa Colgate, Como si eso redituara en votos.
Por eso es de llamar la atención que los grupos que convergen al interior del PRI, de los que dicen aportar para los triunfos electorales, se encuentren sumamente divididos e incluso en algún tipo de juego perverso. Me explico, ¿cómo entender que los integrantes de uno de los grupos políticos del PRI ahora se encuentran operando en el Partido Encuentro Social? Por señalar algunos casos, el profesor Alfredo Reyes, profesor Víctor Acevedo, Rigoberto Murillo, Franco Diaz, otrora operadores al interior del PRI.
Continuando con el argumento anterior, la gota que derrama el vaso, la triste imagen de un cercano colaborador de los llamados jefes priístas y me refiero a Rafael Sánchez Godínez que a toda costa trató de hacerse notar en pasado evento de registro de un precandidato del partido Acción Nacional.
Por todo lo anterior no se entiende cómo es que llega a sumar al trabajo de Partido otra figura desgastada cómo lo es Juan de la Peña, porque hasta donde entendemos no puede hacer contratos millonarios de cambio de luminarias o negocios de servicios públicos desde esa posición, ya que caminar seccionales en busca del voto ciudadano no es lo suyo.
Por otro lado, los problemas internos que vive el partido revolucionario institucional en Baja California Sur y que ya son palpables como la renuncia de su pre candidata a la alcaldía del municipio de Los Cabos Ana María Avilés, o las recientes fricciones entre la dirigencia estatal que encabeza Gabriela Cisneros y el dirigente de la CROC Esteban Vargas. El escenario vislumbra piedras en el camino para los candidatos que aspiran a convertirse en una opción para el electorado, ya sea Pepe Hevia en La Paz o Juan Alberto Valdivia quien buscará un escaño en el senado de la república.
¿A que jugarán los grupos priistas? ¿Cuál será el objetivo de los llamados jefes? O quizá sólo esperarán desde la comodidad de sus posiciones nacionales, que no ocurra nada y mantenerse políticamente vivos, que el 2021 ya vendrá. Es mi opinión al tiempo.
