POR ARIEL VILCHIS
La noticia sorprendió a propios y extraños corriendo como reguero de pólvora por las redes sociales, que inmediatamente se incendiaron en comentarios desfavorables en una clara muestra de que existe “memoria colectiva”.
La filtración en los medios de comunicación del nombramiento de Esthela Ponce Beltrán como nueva delegada del Instituto Mexicano del Seguro Social en Baja California Sur, dejó a más de un ciudadano con la boca abierta, perplejo del premio que le otorgaron a la ex alcaldesa de La Paz después de su desafortunado paso por la administración paceña. Situación que aún no se olvida.
Para muchos priistas, la llegada de la jefa Ponce Beltrán representa una oportunidad para operar en favor de sus candidatos y, sobre todo, sacar adelante una elección presidencial que se ve sumamente débil en Baja California Sur. Sin embargo, para muchos otros significa un desafortunado reconocimiento a un personaje priista que tuvo un paso efímero en la administración municipal; que sin duda sabe muy bien jugar con los tiempos y las posiciones políticas, ya que desde el 2003 no ha terminado cargo alguno, pues de diputada federal buscó ser senadora, de alcaldesa dejó el cargo para ser diputada federal y ahora deja inconclusa una representación popular para conservar vigencia en la delegación del IMSS. Al menos hasta el primero de diciembre.
En el colectivo paceño, reflejado en las expresiones vertidas en las redes sociales, queda claro que no olvidan a Esthela Ponce y su desventurado paso por la XIV administración municipal, catalogando como una burla o como un absurdo chiste de mal gusto el nombramiento de delegada de una dependencia federal a quien dejara a la ciudad sin alumbrado público y a cientos de trabajadores municipales sin cobrar su sueldo por meses.
Lo anterior sin olvidar las 22 denuncias interpuestas en contra de Esthela Ponce y los malos manejos financieros en su periodo de gobierno que hasta la fecha no permiten a la actual administración acceder a recursos federales de diversos programas. Y aun así el gobierno federal la premia, lo que seguramente traerá repercusiones tomando en cuenta que nos encontramos en medio de un proceso federal donde el discurso se ha concentrado en el combate a la corrupción, a la rendición de cuentas, a la no impunidad.
Bien dicen que en casa del jabonero el que no cae resbala, en el Partido Revolucionario Institucional de Baja California Sur no son la excepción. Nos comentan que varios candidatos están que no los calienta ni el sol. La llegada de Esthela Ponce a la delegación del IMSS conlleva sacar a los reflectores sudcalifornianos una parte del PRI que preferían mantener en las sombras, de bajo perfil, simple y sencillamente porque en vez de sumar les restará y si en sus cálculos tenían oportunidad de triunfar en las urnas, la memoria de los paceños y de los sudcalifornianos en general, puede cobrarles factura.
La pregunta obligada es ¿Por qué deja Esthela Ponce la comodidad de su encargo legislativo? ¿A qué viene a Baja California Sur como encargada de una delegación federal? En caso de que venga a operar en el proceso electoral ¿Operará para los priistas? Ya veremos si por parte de los priistas hay alguna manifestación en contra de la actual delegada IMSS, o si la ciudadanía hace valer su voto de castigo ya que la memoria colectiva de la ciudadanía no la olvida. Es mi opinión, al tiempo…
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