POR ARIEL VILCHIS
¿En qué estará pensando Gabriela Cisneros Ruiz, presidenta del Partido Revolucionario Institucional, cada que toma papel y lápiz y redacta sus comunicados (si es que ella los redacta)?
¿Con qué calidad moral Cisneros Ruiz habla de arrogancia y autoritarismo en las decisiones de lo que será el nuevo Gobierno Federal, cuando su partido y el gobierno que está por concluir en unas horas se vio envuelto en escándalos de corrupción y abusos de poder?
Realmente extraviada, la dirigente del PRI, critica al ejecutivo federal de una supuesta extralimitación de facultades al crear la coordinación de programas federales, cuando en ningún momento se le escuchó levantar la voz por la robusta alta burocracia de más de 50 delegados federales en la entidad que hicieron uso de derroche de recursos y, sobre todo, con sueldos indignantes por las condiciones económicas que se viven en la actualidad.
Gabriela Cisneros habla solo para dar nota, sin sustento ni coherencia. De memoria corta, señala que los nuevos delegados serán operadores políticos; olvidando a conveniencia que su patrón, el diputado federal Isaías González Cuevas, la puso en esa posición al igual que a sus operadores políticos en las delegaciones federales, algunos para trabajar para su frustrada aspiración a la gobernatura del estado.
¿Entonces para qué tanto cuento de la fracasada líder priista? Cisneros Ruiz debería enfocar sus energías en tratar de levantar un partido político que los mismos priistas se encargaron de sepultar -ya sea por malos gobiernos, la mala imagen del presidente Peña y sobrados escándalos de corrupción- sin olvidar que en el pasado proceso electoral terminó en tercer lugar de las preferencias electorales bajo su seudoliderazgo.
Con un discurso agotado, no le queda de otra a la incipiente dirigente del PRI Cisneros Ruiz que decir sandeces sobre arrogancia y otras cosas. Ve la paja en el ojo ajeno y no mira la viga en el propio. Es mi opinión, al tiempo…
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