POR ARIEL VILCHIS
El siniestro ocurrido el pasado viernes en la comunidad de Santiago, municipio de Los Cabos, donde un trágico incendio arrasó varias hectáreas de palmar y decenas de viviendas dejando sin un techo y patrimonio a muchas familias, sacó a relucir la solidaridad de los sudcalifornianos.
Primeramente, es preciso señalar la atención que brindaron las instituciones de los tres órdenes de gobierno encabezados por la presencia del gobernador del estado Víctor Castro y el secretario general Homero Davis, personal de Protección Civil y cuerpos de emergencia, así como la atención del alcalde de Los Cabos, Oscar Leggs.
Después de horas de trabajo para sofocar el incendio y la posterior evaluación de los daños, lo que siguió fue el resolver lo más elemental para las familias afectadas. Según una cifra preliminar, fueron alrededor de 40 viviendas y 200 personas las que perdieron su patrimonio y es ahí donde la solidaridad de los sudcalifornianos salió a la luz.
Las autoridades, por su parte, refrendaron el compromiso de ayudar a los damnificados; de tal forma que, desde el gobierno del estado, se instruyó que fueran atendidas las familias que perdieron su vivienda a través del INVI que dirige Fernanda Villarreal González. Por su parte, el ayuntamiento cabeño dotó de colchonetas, cobijas y despensas a la comunidad.
La sociedad civil también hizo lo propio, así como otros ayuntamientos como en el caso de Mulegé donde la alcaldesa Edith Aguilar convocó a los muleginos a unirse y ser solidarios con los hermanos en desgracia y envió a Santiago alimentos no perecederos, cobijas, agua embotellada, artículos de higiene personal y enseres domésticos. Los diputados y diputadas del congreso del estado también sumaron esfuerzos para aportar de manera significativa en la reconstrucción de las viviendas.
Son tiempos de sumar voluntades y de reconocimiento como el que merecen los más de 250 brigadistas de las distintas instituciones de seguridad y atención de emergencias que trabajaron para sofocar el incendio.
Son tiempos de solidaridad, que quedó de manifiesto en la reacción que desde los tres órdenes de gobierno se le brindó al siniestro y, por su parte, la sociedad civil también mostró la mano amiga de los sudcalifornianos ante el lamentable siniestro de Santiago.
Pero también son tiempos de evaluar los sistemas de prevención, la operatividad y los servicios de emergencia. De dotar de mejores herramientas a quienes salvaguardan la integridad y el patrimonio de las familias sudcalifornianas.
En Baja California Sur son tiempos de solidaridad, sin duda…
Ya veremos qué sucede, es mi opinión, al tiempo…
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