POR ARIEL VILCHIS
Hace unos días escribí que después de la desastrosa participación en el proceso electoral pasado y con los resultados que arrojó la jornada electiva del primero de julio, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) prácticamente estaba muerto. Pero aun siendo un poco escéptico me atreví a cuestionar ¿Quién revive al muerto?
Enterrados en lo más profundo de la desesperanza, sumidos en el fracaso y la incertidumbre, los priistas tuvieron la oportunidad de mandar una señal de verdadero cambio hacia la sociedad y sobre todo a una militancia olvidada, a la que por mucho tiempo han prestado oídos sordos. Dicha oportunidad fue en el pasado consejo político nacional donde la clase política elegiría a su dirigente del comité ejecutivo, lo cual no sucedió ya que fue ratificada Claudia Ruiz Massieu al presentarse como única aspirante para concluir el periodo 2015-2019.
Simple y sencillamente los priistas no tienen intenciones de cambiar, no han caído en cuenta que el mensaje ciudadano fue que no quieren más de la partidocracia que ha gobernado en los últimos tiempos. Versa un dicho que “para tener resultados distintos hay que hacer cosas diferentes”. En el PRI nacional dieron la nota al confirmar que son más de lo mismo. La ratificación de la sobrina del ex presidente Carlos Salinas de Gortari representa que en ese partido “Chango viejo no aprende maroma nueva”
De la mano con lo nacional, más triste es lo que sucede en la entidad con un PRI desarticulado, totalmente alejado de la militancia y sin el menor resquicio de querer intentarlo. Si a eso le sumamos que su líder estatal, Gabriela Cisneros Ruiz, ha declarado que ella no se va, que no habrá cambios en la dirigencia estatal hasta cumplir con su periodo estatutario, muchos priistas empezarán a cuestionarse si vale la pena continuar en ese instituto político.
Lo cierto es que esas declaraciones son irresponsables, sumamente delicadas ya que Cisneros Ruiz no ha enfrentado de manera directa su responsabilidad de los resultados electorales. No ha ofrecido un diagnóstico y solo falta que empiece a repartir culpas.
Por lo pronto nos comentan que ya hay grupos que perfilan algunos cuadros políticos para suceder a la fatídica Gabriela Cisneros. Mientras unos envían documentos al Comité Nacional pidiendo la destitución de la dirigencia, otros se placean visitando a la militancia, el asunto es tomar el control de lo que queda del PRI en Baja California Sur.
Mientras tanto el renovado PRI; el de los Gamboa, los Zamora, los Ruiz Massieu, los Chong, Paredes y compañía, seguirán controlando el tricolor. Aquí en la entidad el control es de Isaías González Cuevas. Convirtiendo al PRI en zOMBIE-LAND, recordando aquella cinta de comedia-ficción de tierra de zombies; muertos vivientes políticamente hablando.
Como dato curioso, en la sesión de consejo político en la que salió ungida Ruiz Massieu, un espontáneo tomó tribuna para protestar por la imposición de la nueva dirigencia y señalar que Peña Nieto entregó la presidencia, exigiendo que saque las manos del PRI. Después de exigir una verdadera renovación al interior de su partido, el protestante fue retirado al son de consignas de unidad, unidad por parte de los consejeros políticos presentes. El chiste se cuenta solo. Es mi opinión, al tiempo…
Sus comentarios a rostrosyperfilesbcs@gmail.com
